El 1° de enero de 2026 finalmente entraría en vigencia la identificación electrónica del rodeo vacuno argentino. Este año no se pudo poner en marcha el sistema por desinteligencias que impidieron cumplir con la licitación de las caravanas. Por eso el gobierno decidió finalmente postergar el proceso para 2026.
Los proveedores del insumo dicen que están listos para abastecer al mercado interno y que esperan por una normativa del Senasa que termine de ajustar los procedimientos.
Juan Manuel Ortiz, responsable de Desarrollos Ganaderos de Villanueva, que es una de las líderes en el mercado con las caravanas de la marca Allflex, dijo que “las empresas están preparadas para la demanda que habrá el año que viene” y que “en el primer año se va a identificar a los terneros de destete, en los siguientes se avanzará con los adultos y en tres años estaría todo el rodeo caravaneado”.
Esta vez no habrá una licitación sino que podrán participar todas las empresas que cuenten con el insumo que posea el chip correspondiente para la digitalización del sistema. Esto generaría un mercado de libre competencia.
Con respecto al costo -que con el fracaso de la licitación por 23,5 millones de caravanas ahora correrá por cuenta del productor- Ortiz indicó: “Hoy es de medio kilo de novillo, su valor va a depender de la competencia que se dé entre los oferentes y la demanda que haya”.
Medio kilo de novillo, a los precios actuales, son 1.800 pesos (cerca de un dólar y medio), por lo que el costo de caravanear 100 terneros sería de 180.000 pesos. Vale destacar que el valor de estos animales ronda los 800.000 pesos por lo que se estima que no sería costosa la adquisición del insumo.
Además de las caravanas, en los campos se deberá contar con un lector. Existe la posibilidad de que se coloquen paneles con antenas en los atracaderos pero lo más común en estos casos es el uso del bastón que lee la información mientras se coloca la caravana en la manga. Su costo ronda los mil kilos de novillos, es decir 180.000 pesos.
El técnico explicó que la aplicación del nuevo chip también va a correr por cuenta del productor y su personal. Para hacerse de las caravanas, además, cada establecimiento debería recurrir a la veterinaria de su zona.
El referente de Villanueva añadió: “Como la caravana electrónica tiene una nomenclatura mundial, sus números están dados de forma anticipada y eso facilita la producción y el estoqueo previa de los oferentes que luego las asignan al Renspa (Registro sanitario) de cada ganadero, por lo que la producción y el comercio serán mucho más ágiles”, evaluó.
Además esto permitirá la identificación de toda la hacienda, su ubicación geográfica, el control de los traslados, y así se lograría finalmente una trazabilidad de todo el rodeo vacuno. “Con esto no habrá margen de error en los datos. A la ganadería le falta sistematizar algunos procesos y esto aporta en esa dirección”, finalizó Ortiz.
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