En la producción de leche se están dando importantes cambios, pues cada vez son más los tambos grandes cuya participación en la producción nacional crece a un ritmo acelerado mientras se produce una salida continua de establecimiento pequeños y medianos que no logran sumar escala ni tecnología. En el último recuento de establecimientos, el Senasa da cuenta de que quedan en pie 8.949 tambos.

Quienes quieren naturalizar este proceso argumentan que la concentración es un fenómeno global, y que en Argentina se registra incluso a un ritmo menor al de países del primer mundo como España, donde la tasa de cierre de tambos llega al 6% anual. Acá en los últimos años ha sido del 2,5%.

En este contexto, el consultor Marcos Snyder fue claro: “La lechería que viene va a ser más tecnológica, más eficiente y con menos establecimientos. Ya lo estamos viendo: el número de tambos sigue cayendo, pero la producción total se mantiene o crece. Eso significa que los que quedan producen más y mejor”.

De todos modos, para el especialista el gran desafío es definir qué modelo de lechería quiere el país. “Si queremos una lechería territorial, que sostenga poblaciones rurales y empleo, hay que pensar políticas diferenciadas. Pero si se deja librado al mercado, el camino será hacia una lechería concentrada, intensiva y altamente tecnificada”.

“Eso no necesariamente es malo, pero hay que asumirlo y acompañarlo con infraestructura, crédito y capacitación”, aclaró.

La paradoja del adolescente libertario: Se recupera fuerte la producción de leche, pero este crecimiento se concentra en los tambos más grandes y no llega a los que están amenazados con desaparecer

Snyder sostuvo que el sector tiene una gran oportunidad de aprovechar la competitividad natural de Argentina para la producción forrajera y calidad de leche, pero necesita previsibilidad. “La tecnología está, los productores saben hacer las cosas, pero sin estabilidad macro y sin reglas claras es muy difícil proyectar inversiones de largo plazo”.

Con respecto al crecimiento que se está dando en la oferta de leche este año, después de un ciclo complicado por la seca de 2022/23, indicó que los tambos argentinos empiezan a ver un horizonte un poco más despejado. Con la recuperación de las lluvias, la mayor oferta de pasto y reservas forrajeras está impulsando una leve mejora en la producción de leche.

Pero, según Marcos, este repunte no debería confundirse con un cambio estructural: “La producción crece porque el clima acompañó, no porque haya más inversión o un plan de desarrollo para el sector”.

Desde la Junta Intercooperativa de Productores de Leche, Danny Lorenzatti destaca el rol del asociativismo en la contención y acompañamiento de los planteos más pequeños

Snyder explicó que la oferta de forraje -que en 2023 fue la más baja en casi una década- se recompuso de manera significativa en gran parte de la cuenca central. “Hay más pasto, mejor calidad de silajes y una disponibilidad que permite sostener niveles productivos más altos con costos más contenidos”, subrayó.

Por eso fue enfático: La producción lechera se vuelve a ponerse en marcha después del golpe de la sequía, pero todavía no tiene claro hacia dónde va. “Estamos en un punto de inflexión: podemos elegir entre seguir resistiendo o animarnos a construir una lechería moderna, rentable y sustentable”, definió.

La entrada El consultor Marcos Snyder dice que hay que definir qué lechería queremos: “Si se la deja librada al mercado, será una actividad todavía más concentrada, intensiva y altamente tecnificada” se publicó primero en Bichos de Campo.